sábado, 23 de enero de 2016

Capitulo nueve.

Esperé delante de la cafetera observando como dos chorros pequeños de café caían en el interior de una taza. Hacía poco que me había levantado de la siesta, rayos de sol alumbraban el salón. No se exactamente la razón pero hoy me encontraba alegre y con energía. Apagué la cafetera y me senté en el sofá disfrutando de cada trago de mi café con leche. Quedaban dos días para fin de año, el deseo intenso de que se acabara la navidad no había desaparecido en mí, pero pensar que solo quedaba esa noche más y ya enero, nuevo año, me tranquilizaba. Deposite la taza en el mármol de la cocina y me fui a la habitación, me vestí y salí de casa con prisas hacía la estación. Naira aún no tenía el vestido para fin de año y me propuso pasearnos por Granollers a ver si encontraba algo, Aroha tenía que trabajar, por lo tanto, fuimos las dos solas.
"Buenos días nena, ¿como estás?" -por lo visto Marcos ya se había despertado y acababa de dar señales de vida. 
"Buenos días, pollito. Estoy yendo hacía la estación, he quedado con Naira para ir a Granollers." -le escribí yo mientras recorría todo el pueblo andando. 
"Hoy es el día de los Santos inocentes, ¿le hacemos alguna inocentada?" -me propuso el chico.  
 "Vale, va. ¿Alguna idea?" -le seguí el juego. 
"Dile que ayer nos liamos, a ver que dice." -no le quise dar muchas vueltas a porque esa broma, pero acepté.  
"Vale, cuando se lo diga, te hago una nota de voz para que escuches lo que dice y nos echamos las risas." -le dije yo y seguidamente bloqueé el móvil, llegaba justa a la estación.
"¿Ya estás con ella?" -Marcos me volvió a escribir, ¿por qué tanto interés?  
"Estoy llegando, lo próximo que te enviare será la nota de voz, impaciente."  -le dije bajando las escaleras de la estación y observando como Naira me esperaba al final de ellas. 
 -Buenos días, gorda. ¿Como estás? -saludé a mi amiga con el móvil en mano. 
-Buenos días, tía. Me he levantado bien hoy. -me contestó ella y presionando el botón que se encontraba al lado de la barra de escribir en el chat de Marcos, para grabar un audio. 
-Tengo que contarte una cosa... -le dije a Naira de un momento a otro. Me miró extrañada.
-¿Sobre qué?  Cuenta, cuenta. -me dijo sin dejar de mirarme. 
-Sobre Marcos... -le dije haciéndome la loca. 
-¿Te liaste con él? -me preguntó sorprendida. 
-Y me lo tiré también... -le contesté simulando vergüenza.
-¿En serio? ¿Y como la tiene? -me sorprendió la reacción de mi amiga e hice esfuerzos por no dejar escapar mi risa. 
-Increíble, tía.. Pero no sé si hice bien. -le contesté. 
-Claro que hiciste bien, tu disfruta. -su cara me hizo estallar a reír.
-Feliz día de los inocentes, mi niña. -le dije entre carcajadas ahogadas. Deje de presionar el botón para grabar audios y se lo mandé a Marcos. 
-Eres una cerda, en serio. -me dijo queriendo estar enfadada, pero acabó riendo conmigo.
"jajajajajajajjajajaajjajajajajajaja como la tiene dice.... Aún sigo riéndome, que maravilla". -me reí al ver que me había contestado Marcos a la nota de audio. 
-¿De que te ríes ahora? -me pregunto Naira. 
-Nada, es que hemos planeado la inocentada entre los dos y he grabado la conversación contigo para que él también los escuchará, se está riendo mucho. 
-Sois unos cabrones... -dijo ella sonriendo. Quizás le molestará ver la estrecha relación que tenía con Marcos, pero el hecho de que ella tuviera algo con Javi hacía que me fuese indiferente, y en cierta parte, me hacía sentir tranquila darle a ver que entre Marcos y yo existía algo, algo llamado amistad, y lo que tenía Marcos con ella era tonteo y no respeto ni confianza. 
"Luego hablamos feo. Tk" -le escribí a Marcos después de pasarme todo el trayecto hablando con él sobre la broma a Naira.  
"No malgastes mucho, nena. Hasta luego, tkkkk." -me respondió el chico y bloqueé el móvil.  
Naira y yo dimos muchas vueltas, entramos en todas las tiendas, incluso en algunas mas de una vez, nos tomamos un café para descansar y seguir en busca de su vestido, sin éxito alguno. No le gustaba ninguna prenda de vestir, ningún vestido de noche, a decir verdad, ninguno tenía nada especial. Llegué a mi casa cansada y muerta de hambre. Invertí ese día en no hacer nada durante el resto de la tarde.

********
"Mañana fin de año!!!!!!" -la vibración de mi móvil me despertó de la siesta. El mensaje era de Marcos.
Antes de caer rendida en el sofá, quedé con el chico en que nos veríamos un rato a la tarde, ya que él mañana se iría pronto hacía la montaña, a pasar el año nuevo con su ex novia. Estaba sola en casa así que podría hacer un poco el payaso sin reparo alguno. Puse música que rebotaba por toda la casa y me desvestí para colocarme una vez más el vestido que me pondría mañana por la noche, solo que ahora era algo más corto, ya que mi madre lo había arreglado. Me paseé por casa encima de unos tacones de trece centímetros y metida en ese vestido negro que a fin de cuentas no me quedaba tan mal, al contrario, me empezaba a gustar mucho verme de esa manera vestida. 
"Voy a ir a compararme unos guantes y un par de cosas más." -me escribió Marcos.
"Sí, no vayas a coger frío este fin de año." -bloqueé el móvil y volví a cantonear-me delante del espejo.  
"¿Tu que haces?" -leí que me había escrito Marcos cuando percibí la vibración de mi móvil encima de la mesa.
"Nada, moldear los tacones que me pondré mañana para no morir en el intento." -le explique junto con un foto de mis zapatos que hice al instante desde la aplicación. 
"Que culo y que piernas te deben hacer esos tacones. Que maravilla." -me respondió el al momento. Sonreí.  
Empecé tener frío y decidí llenar la bañera con agua muy caliente, deje caer un chorro de aceite que utiliza mi madre para hacer los masajes, y después de dejar el móvil y un cigarro cerca de la bañera, me desvestí y me adentré en ella, dejando que mi cuerpo se acostumbrara a la temperatura del agua. Suspiré cerrando los ojos y sonreí. Me encantaba hacer esto de vez en cuando. 
"No sé si ir a tomarme unas cervezas con estos, me están insistiendo mucho." -cogí el móvil con cuidado de que no se mojara y leí que me decía Marcos. Dí por hecho que no se acoraba que habíamos quedado para vernos un poco, no le dí importancia aunque en el fondo confiaba en que no me haría el feo. 
"Pues ves un rato con ellos." -le contesté yo sin entusiasmo alguno.  
"Después iré a verte, estaré poco rato, no te preocupes." -sonreí. Me conocía de poco tiempo pero sabía cuando me pasaba o molestaba algo por mucho que intentará esconderlo.
"Pues luego me dices algo, nene. Hace nada que me he metido en la bañera." -le contesté.
"Joder, que envidia." -me escribió él. 
Dejé el móvil y deje que mis brazos se sumergieran en el agua, cerré los ojos y lo mismo hice con la cabeza. Sentí una tranquilidad inmensa y aproveche para fumarme el cigarro que había dejado momentos antes en la silla de madera que hay justo al lado de la bañera. Escuchaba la vibración de mi móvil pero me permití un rato para mí. En silencio, fumando y pensando, quizás imaginando fantasías inexistentes con Marcos. Últimamente no me podía sacar al chico de la mente, pero tampoco le daba gran importancia a este hecho. María es una chica que nunca se ha pillado de ningún chico y esta vez no iba a ser la primera, no hay que confundir las cosas.
"Naira y yo hemos quedado, en media hora iremos hacía la plaza, ¿te vienes María?" -Aroha escribió por el grupo que tenemos Naria, ella y yo. Me lo pensé durante varios minutos. 
"Vale chicas, cuando salga de la bañera y me arregle bajo al bar, pero no estaré hasta tarde." -a decir verdad me apetecía más ver a Marcos, pero total, él también iba a hacer sus cosas antes de venir a verme. Que mejor opción que pasar un rato con mis amigas en vez de encerrarme en casa.  
Me costó salir de la bañera, me encontraba muy relajada y tranquila, pero si no me daba prisa tardaría como dos horas en bajar a la plaza y en cierta parte, me apetecía que me diera el aire y por que no, una buena cerveza fría. Me sequé el pelo y me vestí, le pasé un poco la plancha a mi pelo y me pinte ligeramente las pestañas. Suficiente. Cogí el bolso negro y salí de casa. 
"Marquitos, me dices algo después, tk." -mientras caminaba hacía la plaza aproveché para contestar a mi amigo. Alguna vez me apetecía decirle que le quería pero sabía que no era lo correcto y no estaba dispuesta a dar ese paso tan estúpido y tan significante a la vez, utilizábamos el "tk" que sonaba menos serio. 
Guarde el móvil en el bolso y visualicé a lo lejos intentando encontrar a mis amigas en alguna de las mesas del bar. Esa tarde la plaza del pueblo estaba especialmente solicitada, se notaba que la gente tenía fiesta y se respiraba en el ambiente la celebración de mañana. Vi como Ahora me saludaba desde una de las mesas. 
-Hola chicas, ¿lleváis mucho aquí? -las saludé sentándome en la silla que estaba situada delante de Ahroa y al lado de Naira.
-No, hace poco que hemos llegado. Que guapa te has puesto para venir a la plaza, ¿no? -me dijo Naira con su sonrisa en la cara-. ¿Has quedado con alguien después? -me preguntó.
-¿Guapa? Vaya, que los demás días voy horrorosa. Ten amigas para esto.. -conteste yo riéndome. Realmente no me había esmerado mucho en arreglarme.
-Si, si, pero no nos has contestado. -Aroha puso también su granito de arena.  
-Que sí pesadas, que luego he quedado un rato con Marcos, mañana se va con la ex a Andorra y se quería despedir de mi. -dije con una sonrisa. Me esforcé en remarcar que era el chico el que tenía intenciones de verme. No se la razón pero no me apetecía que mis amigas supieran realmente que me estaba pasando con este chico. Inseguridad, posiblemente. 
-¿Pero ya está bien con la ex novia? -pregunto interesada Naira.
-No, pero planearon estos días hace tiempo y se van como amigos, pero vaya. Sabemos como es Marcos. -dije yo, sacando mi tabaco del bolso-. Bueno, ¿ya sabes que te vas a poner mañana, Naira? -le pregunté con la intención de desviar el tema.
-Sí, me he comprado un mono negro, es bastante elegante. Tu vestido me gusta mucho, te queda muy bien. Deberías ponerte más veces vestidos. -me dijo mi amiga, recordando la foto que les pasé el día anterior con el vestido puesto.  
-Ya me enseñaras el mono, tía. Oye, ¿me vendréis a buscar después de cenar? -pregunté, ya que no pensaba ir caminando hasta la otra punta del pueblo, con frío y con medias. 
-Sí, ¿tu cenaras en tu casa? -me preguntó Naira.
-No, en casa de Ana, la amiga de mi madre, pero vaya, que es el portal que hay al lado del mío. -le aclaré. 
-Pues cuando acabemos de cenar y digan todos los demás una hora para salir de aquí, te recogemos. -acepté sonriente. 
-¿Y tu Aroha? ¿Iras al polideportivo después de trabajar? -me dirigí a mi otra amiga. 
-Supongo que me pasaré un rato. No lo sé. -no le hacía ninguna gracia tener que trabajar en fin de año y aún más que no se pudiera venir de fiesta con nosotras. Decidí cambiar de tema cuando el camarero me puso la cerveza con una copa en la mesa.
-Mirar, me compre un tanga rojo y un sujetador a conjunto para fin de año. -les dije mientras buscaba la foto en mi móvil. 
-Ay, que bonito, me gusta el bordado. -dijo Aroha al ver la fotografía.
-Sí, es muy bonito pero tía, eres una cerda. ¿Como te haces estas fotos? -me dijo Naira cuando le deje el móvil y vio la foto.
-Tampoco es para tanto, me diréis que vosotras no os hacéis fotos. Además, se la pasé a Marcos. -dije sin saber muy bien si había hecho bien en decirlo. 
-¿En serio? -dijo Ahora. 
-¿Como se te ocurre? -dijo mi otra amiga alterada.
-Es Marcos, que más da. -dije defendiéndome. 
-Pues por eso mismo, porque es Marcos. ¿Y si se la pasa a alguien, qué? -me dijo Naira 
-Pero que dices, Naira. Marcos puede ser muchas cosas, pero yo me fío de él. No sé la razón, ni el porqué ni como, pero se ha ganado gran parte de mi confianza y que queréis que os diga, yo sé que el me tiene el mismo respeto y el mismo cariño que le tengo yo a él. No me trata como a una más de todas esas, entre otras cosas porque pone mucha atención en mí. Y eso no quiere decir nada, simplemente, somos buenos amigos. -dije yo sin dejar de hablar ni para respirar. 
-No sé tía, tu verás. -me dijo Naira. No lo entendía pero me daba igual, posiblemente fuese un alto nivel de envidia. En cambio Aroha evitó decir nada al respecto. Quizás no le pareciera del todo bien por la imagen que tenemos todos del chico, pero dejaba que hiciera lo que creía o me apetecía. Marcos me había enseñado mucho de su parte buena, y no solo de la parte que se empeña en dar a ver a todo el mundo.  
Durante un buen rato Naira se dedicó en contarnos como iba su historia con Javi. En definitiva seguían igual que siempre, el chico quería dar un paso más e indagar en las partes intimas de mi amiga, en cambió ella no estaba del todo segura y le decía que no cuando el chico intentaba iniciar los preliminares. Naira es así, para todo tiene pegas, no es capaz de dejarse llevar y hacer lo que realmente le apetece en el momento. Javi me daba pena, estaba segura de que él sentía mucho por mi amiga y mi amiga no sabía ni donde estaba ni por donde tenía que tirar. No me desagradaba que tuviera un entretenimiento como Javi para que no se centrará en Marcos. Este me escribió diciéndome que en un cuarto de hora estaría en el callejón, así que alargue un poco la última cerveza para ir directa sin tener que pasar por casa. Me despedí de mis amigas y me dirigí al lugar donde se había convertido punto de encuentro entre Marcos y yo. Esta vez llegue yo antes, me senté en uno de los muros de obras que había apartados para que pudieran pasar los coches y esperé fumándome un cigarro. Marcos apareció a los cinco minutos con el coche blanco de su madre, me acerque a él mientras aparcaba el vehículo. 
-¿Que horas son estás, cara pan? -le dije cerca de la ventanilla del coche para que pudiera oírme. 
-¡Pero sí no he tardado nada! Eso eres tú que de las ganas que tenías de verme te has bajado al instante.
-Pues no listo, estaba en la plaza tomándome una cervecita. -dije yo.  
-Hostia, ¿me estás poniendo los cuernos ya? -me dijo saliendo del coche. Sonreí ante la pregunta.
-Estaba con las chicas, a demás, si ya estás en el nivel de recalcar-me cuernos, yo debería tirarte a las vías del tren. -le dije riéndome.  
-Pero que dices de niveles, tontaca. 
-Marquitos Marquitos... No te vayas a enamorar. -dije convencida. 
-Pero que flipada eres, el día que me enamore yo de ti los cerdos volaran. Aplícate-lo y no te dejes enamorar por mí, me acabaras odiando.
-Hostia, es verdad. No me acordaba que estaba ante el chico más duro y cabrón del planeta tierra.  -dije riéndome, contagiando-le la risa. 
-Que subnormal. Mira que guantes me he comprado, se puede escribir en el móvil con ellos. -me dijo sacando unos guantes negros del bolsillo de su chaqueta.
-A ver, déjamelos que tengo frío.  -se los quite de las manos y me los coloqué en las mías. 
-Pero no fumes con ellos, eh. -me advirtió.
Nos sentamos en el muro donde estaba yo sentada desde un principio, hablando de sus magníficos guantes y del trineo pala que no se llego a comprar. Durante largo rato le hice enfadar por querer fumar con sus guantes puestos, era lógico que se nos pasara el tiempo volando cuando no dejábamos de reír juntos por cualquier tontería insignificante. 
-¿Me vas a echar de menos? -me pregunto de repente. 
-Solo te vas dos días Marcos, sobreviviré sin ti. -le dije sin mirarle y sin dejar de sonreír.
-Ah vale, muy bonito lo tuyo, eh.
-¿Tú si me vas a echar de menos? -le pregunté yo. 
-Para nada, estás loca ¿o qué?
-Uh, ha sonado muy forzado, eh. Puedes confesarme que me echaras de menos aunque solo sean dos días, no se lo diré a nadie. -me miró sonriendo. 
-Cállate, anda. -yo también le iba a echar un poco de menos, aunque eran cosas que no hacía falta decir. Si te relajas con Marcos se te sube a la espalda y se acaba cansando. Por lo menos, era eso lo que me hacía entender y porque yo, en cuanto a ese aspecto, soy bastante parecida a él-. ¿Al final donde iras mañana por la noche? -me preguntó. 
-Pues a Carpas, algo es algo. -le contesté.
-Pues ya sabes, con cuidadito, ¿eh? -me respondió.  
 -¿Te estás preocupando por mi? -le dije riendo. 
-Oye, para ya de ser tan imbécil. Te lo digo en serio, eh. -me contesto serió, aunque no pudo evitar la sonrisa ante mi risa.
-Que sí, que tendré cuidado, te echaré un poquito de menos y te felicitaré el año la primera. -le dije sería. 
-Mira ves, ahora sí. 
Poco después Marcos puso fin al encuentro, mañana se tendría que levantar pronto y empezaba a ser tarde, si por mi fuera me hubiese pasado con él otras tres o cuatro horas más. Me proporcionaba energía y alegría.  Nos fumamos el ultimo cigarro juntos del año y nos dirigimos a su coche. 
-Eh, espera-té. He perdido las llaves del coche... -dijo Marcos rebuscando por todos sus bolsillos. 
-¿Que dices? -dije yo conteniendo la risa. Efectivamente las llaves se encontraba en el bolsillo de mi chaqueta.
-Te delatas tu sola, eres muy expresiva María. -me dijo ya tranquilo.
-Yo no las tengo, no se que dices... -dije haciéndome la tonta.  
-¿No ves que te tengo más calada que a nada? -me dijo sonriendo-. No quieres que me vaya, ¿eh?
-Serás inútil. Toma anda.. -dije riendo y entregándole de nuevo sus llaves.  
-Así me gusta, que seas obediente.
-No te pases, pollito. -dije sería.
-Bueno, pues... Nos vemos en tres días, o cuatro, o cinco... Quien sabe.
-Pero si vendrás a verme nada más llegar, ¿que estás diciendo?
-Que era broma tonta. Bueno... me voy va. -dijo abriendo la puerta del coche pero sin dejar de mirarme. 
-Oye... -dije yo. No me apetecía irme aún.
-Dime. -contesto él.
-Los amigos también se dan abrazos, ¿no? -dije sin mirarle y rodeando su cuello con mis brazos, había sido uno de mis impulsos pero no me arrepentí cuando note sus manos en mi espalda, devolviendo-me el gesto y notando su sonrisa en mi cuello-. Pásate-lo muy bien y disfruta mucho de la nieve. 
-Y tú igual pero con ojo que hay mucho borracho por ahí. -me dijo provocando una sonrisa en mi. Me desprendí de su cuello y le deje libre. 
-¡Adiós pollito! -exclamé dando la vuelta para dirigirme a mi casa. 
-¡Adiós tonta! -escuché a mis espaldas y sonreí, pero sonreí de verdad. 

*********
 -María, ¿cuando piensas levantarte? -escuché a mi madre y entreabrí los ojos. Mi habitación estaba totalmente a oscuras y me encontraba envuelta entre mis sabanas. 
-¿Que hora es? -pregunté desorientada. 
-Las ocho y media de la tarde. Métete en la ducha y arréglate, que luego será la hora de irnos a casa de Ana y no estarás preparada. -me dijo elevando la voz. 
-Vale, vale... Ya voy... -dije aún adormilada y estirando cada una de mis extremidades.  
Me arrastré sobre la cama para llegar a la ventana y levantar la persiana, el sol ya se había ido pero hacía buena noche, lo agradecí, no tenía ganas de pasar frío esta noche. Miré el móvil,  31 diciembre 2014. Estábamos a horas de un nuevo año, una especie de ilusión y ganas recorrió mi cuerpo. Abrí la aplicación Whatsapp, Por la mañana intercambié un par de frases con Marcos, me dio los buenos días y me dijo que ya partía hacía Andorra, me despedí de él. Durante mi siesta nadie más reclamo mi atención mediante mensajes, así que me levanté de la cama y me metí en la ducha, no sin antes, reproducir la mejor lista de música que se encontraba en mi móvil. El agua caliente cayendo sobre mi cabeza y recorriendo mi cuerpo me despejo, me sentía contenta y con energía, ¿por qué no iba a disfrutar yo de esta noche? 

Después de secarme ligeramente el pelo, me coloqué una sudadera que me venía ligeramente grande, unas braguitas y salí al comedor. Líe un cigarro del tabaco de mi madre y me lo fumé tranquila, un delicioso olor me despertó el apetito. Mi madre tenía en el horno una especie de mejunje. Ana, la amiga de mi madre saldría tarde de trabajar, por lo tanto cada uno de los componentes del grupo de los amigos de mi madre y con los que iba a cenar hoy, prepararía algo en sus casas y lo llevaría a casa de la amiga de mi madre, rápido y eficaz. 
"¿Qué os parece chicas?" -después de casi dos horas acabé totalmente arreglada. Me peiné y me planche el pelo, me maquillé algo más de lo normal. Adentré mis piernas en unas medias color carne y dejé caer mi vestido negro sobre mi cuerpo, sin olvidar los temibles zapatos de tacón en mis pies. Definitivamente, me encantaba mi reflejo en el espejo. Hice una foto rapida y la pasé por el grupo que tenía de Whatsapp con Naira y Aroha. 
"Te queda increíble el vestido." -escribió al poco rato Naira. 
"Está noche arrasas, nena." -envió al instante Aroha. 
Naira también nos enseño su mono, era escotado y con bordados rojos por la parte de arriba, de cintura para abajo totalmente negro. Era bonito y estaba también muy guapa. Mi madre se soltó la melena y se vistió con un vestido que parecían dos piezas, arriba una especie de blusa negra y de cintura para abajo una falda roja con lentejuelas totalmente ceñido. Mi madre mantenía un cuerpo esbelto y definido. Estaba preciosa. Sonreí al verla con ilusión y ganas. No tardamos en bajar a la calle para adentrarnos en el portal de al lado. Decidí bajar con tacones, no llevaba ni la mitad de las escaleras que había que subir para llegar al piso de Ana que ya me estaba muriendo. Me compadecí de mis pies. 
-Elena, tu estás insuperable, pero la reina de la noche es tu hija, eh. -dijo el amigo gay de mi madre. Sonreí mientras daba una vuelta sobre mis zapatos y haciendo reír a los que ya habían llegado. Me gustaba el ambiente que creaba esta gente, todos y cada uno de ellos eran especiales. 
Cenamos de pié, dando vueltas de un lado al otro de aquella casa, en el centro del comedor había una mesa con toda la comida que habíamos reunido entre todos. Monica era cocinera y había hecho cosas deliciosas para esa noche. Entre risas, bailes, cervezas y alcohol llegaron las doce de la noche. Con mis doce uvas en la mano y la vista puesta en todo mi alrededor, delante de la televisión, sentí melancolía, la cara de mi madre reflejaba lo mismo que estaba sintiendo yo. Pensé en mi padre y le dediqué un par de pensamientos, también a mi abuelo. Una campanada, una uva. Y así, sucesivamente, liquido de la fruta chorreando por mi boca y risas ahogadas al vernos las caras los unos a los otros. Champan, brindis, abrazos y besos. Bienvenido 2015, confío en que traigas cosas muy buenas para mi y todo mi alrededor. 
"Holita niño, te deseo un feliz año nuevo y un dos mil quince increíble. Me alegro mucho de haberme topado contigo en está nueva clase." -tenía muy presente a Marcos, por lo tanto, no tardé más de los cinco minutos del nuevo año en enviarle el mensaje. Después de él, dedique un par de minutos en leer mensajes varios de diversas personas, no contesté a todos, me limité en contestar a las personas que tenía lejos y echaba de menos, como mis amigos del pueblo de Teruel. Si no lo hacía ahora, no lo haría hasta mañana. También felicité a Aroha, ya que a ella no la vería esta noche. 
Javi y Naira me pasaron a recoger cerca de la una, decidí guardar los tacones en el bolso y dejar respirar a mis pies durante el trayecto a la discoteca. Les felicité el año y me dedique a cantar cada una de las canciones que sonaban en ese coche. Marcos me contestó al mensaje, "Feliz año nuevo nena, pásate-lo muy bien esta noche y sí, yo también estoy contento de haberte conocido." Sonreí y decidí no devolver-le el mensaje hasta mañana, sabía que estaba con su ex novia y preferí centrar mi atención en la gente con la que estaba y no en la pantalla del móvil. 

Nos situamos en un pequeño bosque no muy alejado de la discoteca para beber entre bromas y tonterías, eramos alrededor de diez personas, los conocía a todos pero a escasos les consideraba amigos, quizás ni eso, pero me lo pasaba bien con ellos, eran buena gente. Me sentía ya mareada de todo lo que había bebido en casa de Ana, aún así, acabé con la media botella de Beffeter que compartía con Naira. La ocasión lo merecía. Tanto ella como yo, cambiamos las zapatillas por los tacones y nos adentramos en la discoteca después de hacer una larga cola. La noche se me paso volando, baile como loca sin importarme nada ni nadie, me reí y disfrute de mis amigos y sobretodo de Naira, que estaba igual de afectada por el alcohol que yo. 

Acabé destrozada y con los tacones en las manos, notaba los calcetines pringosos de pisar bebida que había derramada en el suelo, me notaba mareada pero cansada. Agradecí que el padre de Naira viniera a buscarnos, al recuperar mi bolso del guardarropas, me puse las zapatillas, sentí una especie de orgasmo al notar bajo mis pies una superficie blanda y caliente. Me puse la sudadera y salimos de la discoteca, dirección a la cama. 

*********
"¿Como estas María? Y tú, Ahora, ¿como fue ayer?" -Naira hacía poco había escrito por el grupo.
"Trabajando y luego me vinieron a buscar el Aleix y estos para ir al polideportivo, pero nada, sentados en un banco, no tarde en irme a casa. Dani se fue de fiesta y aún no se nada de él." -había contestado Aroha.  Me daba pena mi amiga, se le notaba triste. Su novio también se había ido de fiesta en fin de año y se sentiría sola, por lo menos. Sabía como era. 
"A mi me da vueltas todo, pero no tengo mucha resaca tampoco, me lo pasé bien. Aroha, ¿quedamos en un rato y nos echamos algo en el bar? -escribí yo. 
Aroha aceptó, en dos horas había quedado con ella en el bar de al lado del instituto. Antes de bloquear el móvil vi el chat de Marcos. ¿Le hablo? Presioné sobre su conversación y pude ver que no estaba en línea. Ya te hablará el cuando llegue. No seas impaciente. Me levanté y abandoné la idea de desayunar para directamente comer el plato de espaguetis que me había dejado mi madre preparado. Seguidamente me duche y me arregle  para llegar a tiempo al bar a la hora acordada con Aroha. 
-¿Como fue ayer tía? -me preguntó Aroha nada más sentarnos en la terraza del bar. 
-Muy bien, me lo pase bien, pero ya sabes, me faltas tú en cualquier fiesta, Naira es más parada, la mitad de la noche nos la pasamos bailando todos en redonda sin movernos del sitio, pero bueno. ¿Y tú qué? -le expliqué a mi amiga. Era cierto, Aroha era más como yo, compartíamos la misma forma de pensar y de ser en la mayoría de los aspectos.
-Y ahora que esta así así con Javi, Naira debe ser el doble de aburrida, ¿no? -me pregunto Aroha haciendo gestos con las manos. Me reí.
-Puede ser, están más pegados. Javi se ve que quiere algo más con ella, pero ella va a su royo, bailo con un par de chicos, hasta que Javi empezó a poner malas caras. -relaté yo.
-Y tú, ¿qué? Sé sincera, va. ¿No te molesta que se cantoneé tanto con Marcos? -me preguntó dejándome desconcertada. No me gustaba hablar de este tema.
-¿Qué tengo yo con Marcos? Nada. Entonces, ¿por qué debería molestarme que el chico tonteé con una amiga mía? -dije no muy segura de mi misma. 
-Vale sí, la teoría te la sabes. Pero a ti Marcos te gusta, aunque sea muy poco y no quieras reconocerlo. Se nota. -me dijo Aroha. 
-Pero no me gusta como para tener algo con él. Tonteamos y me gusta el royo que llevamos, pero seamos sinceras, ¿con cuantas tías habla Marcos? No tiene reparo en tirarle ficha a cualquiera. Pero sí, que sea  a Naira me molesta, pero las demás me dan igual. -aclaré a mi amiga recalcando que solo me molestaba cuando se trataba de Naira. 
-¿Y cual es la razón? -me preguntó. Tenía la respuesta correcta a esa pregunta.
-Pues que no me sienta bien que en un momento este Marcos diciéndome cosas a mí, incluso metiéndome mano en clase y equis cosas más y al rato lo esté haciendo con Naira. Sé de que va esté chico y me conozco sus intenciones ya, que haga lo que quiera pero que no se meta entre dos amigas. No quiero tener broncas con Naira por esto. -le expliqué. Aroha aceptó y me dio la razón. 
Llegué a casa y me encontré con mi madre y mi hermana sentadas en la mesa cenando. No tenía mucha hambre, pero aún así, me apresuré a ponerme el pijama y a sentarme con ellas a cenar algo. Mientras me hacía un par de tostadas con tomate y aceite y un poco de embutido, le pregunté a mi madre como había ido ayer, si bailo mucho, si se emborracho y a que hora llego a casa. Sin lugar a duda, se lo pasó en grande. Yo también le expliqué como fue mi fin de año y le ayudé a recoger la mesa una vez acabamos de cenar. 
"Bú" -me sorprendió que Marcos me hablara, me tocaba a mí. 
"Hola pollito, ¿ya estás de vuelta?" -le pregunté acomodándome en el sofá. 
"He llegado no hace mucho." -me contestó seco.
"¿Como ha ido,eh?" -le pregunté interesándome.  
"Increíble, me lo he pasado muy bien. Había mucha nieve, he disfrutado como un crío pequeño." -que envidia, pensé. 
"¿Y con tu ex, todo bien también?" -le pregunté, quizás algo directa. Pero se suponía que nuestra confianza era extensa, ¿no?
"No sé, en general muy bien también, como amigos." -estaba casi segura que este viaje de dos días les iba a servir para reconciliarse, pero Marcos no parecía muy seguro. Quería saber más.
"Fijo que te la has tirado." -le escribí de la manera que me resultaba más disimulada. Seguido de un "jajajajajajajaajja". 
"Lo intenté, pero ella no quiso seguir y yo realmente, lo agradecí. Con ella esta todo perdido, ya. No vale la pena dejarse engañar." 
"Bueno, lo importante es que lo habéis pasado bien y no habéis estado de broncas, no?"  -le pregunté queriendo finalizar el tema. 
"Exactamente, eso es lo que importa." -seguidamente me preguntó por mi fin de año y por otras tonterías más-. "¿Tienes ganas de verme?" -me preguntó.
"Tampoco me muero por verte, eh." -le contesté yo. 
"Pues ok. YNSA." -me reí detrás de la pantalla de mi móvil. Utilizábamos las siglas YNSA, cuando nos enfadábamos en broma. Significaban "ya no somos amigos".
"¿Podrás vivir sin una amiga como yo?" 
"Tú no sabes con quien estás hablando, niña." -me respondió él, algo molesto con mi anterior respuesta. 
"Marcos."
"Uy, ¿que pasa?" 
"Que.. No sé." -me reí flojo.
"Va, dime que pasa." -me respondió serió.
 "A ver Marcos... Es que.." -le volví a escribir pretendiendo hacerle perder los nervios. 
"Joder tío, me pongo nervioso con estas cosas, suéltalo ya o te dejo de hablar." -me reí de nuevo, está vez más fuerte.
"Como te lo digo..." -enviar-. 
"Es que..." -enviar.
"A ver Marcos." -enviar. 
"Que... Que si quiero verte." -enviar. Sonreí. 
"Ala tío, eres tontisima, te lo digo." -me contestó el chico. 
"Tonta la sonrisa que acabas de poner.." -le dije seguido de iconos de risa.
"Pero tu flipas, en serio. Eres una creída, para nada me has hecho sonreír." -me escribió borrando mi sonrisa al instante.
"Vale. YNSA. Adiós." -le escribí totalmente en serio y con intenciones de irme a dormir.
"Cállate anda, si he sonreído..." -me dijo reviviendo de nuevo mi sonrisa. 
"Ya lo sabía..."
"CREÍDA,TE ODIO." -después de esto, nos pasamos largo rato sonriendo y riendo de infinitas chorradas. Quedándonos dormidos,una vez más, con el móvil en las manos.

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